domingo, 22 de enero de 2012

Planté la semilla

Estas ultimas semanas, verdaderamente han sido un poco sosas, la inspiración parece haberme abandonado de nuevo, y las ganas de escribir cualquier porquería no me acompañaba.
Creo que la inspiración se fue hará un par de semanas, estaba yo en mi cama, cansado y pensativo, buscando información para llevar acabo el próximo trabajo al que quería dedicar mi tiempo, y entonces me rayé, no le veía ni pies ni cabeza a nada, y lo que en un principio parecía fácil, ahora era de lo más complicado, y yo, torpe de mi pensaba... voy a perder el tiempo, voy a fracasar, para hacer esto necesitaré "esto" y para hacer "esto" necesitaré lo "otro" y no tenia ni "esto", ni "eso", ni lo "otro" y la frustración de no tener las herramientas necesarias me hizo quizá dudar de mi mismo y mi capacidad y madurez para poder afrontarlo. Vaya semanita de reflexión que llevo, ¡vaya seanita!
No sé si he acabado de reflexionar, pero sé que esta semana tendré que afrontar mis miedos e ir buscando la inspiración en muchos otros lados.
Como me dijeron una vez... En esta vida, esta permitido caer, pero es obligatorio levantarse.
Y esta mañana me he levantado, empezando el día con algo a lo que yo llamo BUEN PIE.


Era tarde, y el sol se marchaba tintando las nubes de rosa, jugando con los colores del cielo y marchaba las sombras del suelo. Todo era precioso, totalmente bello, pero al desaparecer el sol solo existía la oscuridad y la luna lloraba en el cielo.
Cada día igual, y la luna seguía llorando, de llena a nueva y de nueva a llena, siempre lloraba la luna.
Hablé con el Sol, que era el más sabio, le pedí su sabio consejo a lo que me concedió semillas para plantar en el cielo.
-Plántalas cuando en luna creciente y su luz hará brotar de ellas, la luz de la esperanza, la luz de mil estrellas.
La luna despertaba al atardecer, tan guapa como siempre, y esparcí todas las semillas por el inmenso cielo. Al despertar la luna, todas las semillas se abrieron y la luna no lloró más porque tenía a sus compañeros.
Planté las semillas de luz.
Planté esperanza en el cielo.

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