lunes, 2 de enero de 2012

Mis costumbres

Tengo la costumbre de empezar mal cada año, la de morderme las uñas y la de nunca saber que escribir, pero aquí estoy escribiendo como sale y por suerte casi siempre sale bien.
Muchos miraran la entrada de ayer como algo depresivo, y ciertamente ese es el toque que quise darle, todo metáfora para no arrepentirme de ser demasiado claro con mis malos pensamientos y así seguir como si nada hasta que llegue el momento de explicar realmente lo que pasó.

Son malas fechas, acostumbro a decir, y tengo mis razones tengo para ello, lo malo es que tengo tan marcado estos días que al final hago que todo salga mal.
Noche vieja y año nuevo se hicieron de notar, en una fui el niñero y en la otra fui el niño, ese niño repelente que patalea, llora y grita sin parar.
Aunque en noche vieja (que nunca entenderé el nombre) desde su primer minuto hasta el último, lo dediqué a que no se derrumbara el mundo de otros, la primera noche del año nuevo, fui yo quien busco la atención y encontré el castigo, pues no paré de atraer las malas energías hasta el ultimo minuto del día... recordé, me embajoné, lloré, me peleé, preocupé a mi familia, me rompieron la ventana del coche, me robaron el móvil y otras cosas, hasta que finalizó el día donde las 00:00 del dos me ofrecieron el descanso de un nuevo día.

Hoy ha sido un gran día, un día de descansar y escapar de la realidad, un día tranquilo y relajado donde volver a estar con amigos y conocidos.
El inicio de año que quería recordar, sin fiestas grandisimas, pero con grandisimas personas.
Con especial dedicación para Noemi, Joni, Sergi, Perro, Chino, JuanDe y Mariasun

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