sábado, 21 de enero de 2012

Me estoy durmiendo

Y llega el Sábado por la tarde y me duermo como no, creo que necesito un café, pero me niego a tomarmelo, creo que me echaré la siesta, en un intento esperemos que acertado de hacer marchar al sueño.
La noche de ayer no dormí nada, demasiados pájaros en mi cabeza, de cosas que debería hacer pero no hago.
Hace algún tiempo que no escribo por aquí, y a esta entrada no le voy a dar repercusión alguna, estoy buscando la inspiración y las ganas de escribir, pero no aparecen, quizá deba de encontrarlos en un trozo de papel en blanco, enfrentarme a esa claridad, donde todas mis dudas son iluminadas, y corromper la pureza del folio con los tachones de la tinta de un bolígrafo cualquiera, pues mi pluma se quedó guardada en un cajón de casa de mis padres. O por el contrario, debería de recargar la maquina de escribir, y volver a reflexionar con el sonido de cada letra marcada a martillazos en el papel. O incluso, quizá y solo quizá, debería de cerrar los ojos y dejar mis manos sueltas, pintando sobre una hoja, para encontrar la mezcla perfecta, de los colores que forman mi pensamiento y entonces, únicamente entonces, escribir lo que mi subconsciente dice.

Y si nada de esto funciona, a emborracharse, que escribo peor, pero escribo con el corazón.

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