Pero llorar no es malo, no muestra signos de debilidad, ni tampoco demuestra que seamos más flojos, quizá el no tener miedo a llorar y a entristeceserse sea la nueva manera de demostrar que verdaderamente somos fuertes, y lo demuestra porque sufrimos y no tememos mostrar nuestro dolor, porque nuestro dolor nos hace más fuertes, nos obliga a combatirlo y nos abre los ojos.
Fue el 11 de Marzo de año pasado cuando Javier me dijo que la raíz del compromiso surgía de nuestro inconformismo y nuestra indignación, palabras que se clavaron en mi cabeza y aumentaron su sentido con el movimiento 15-M aunque nunca fui defensor total de ese movimiento, participé en él, pero entonces seguía dormido, seguía en mi sueño, en mi nube, en mi problema interno.
No se cuanto tiempo duraran las secuelas de mi pasada depresión, no tengo ni la más mínima idea del camino que seguiré mañana, pero hoy una voz, un sonido, una alarma, se introdujo en mi sueño, pero no era una alarma normal, no era un despertador que pudiese retrasar, ni una voz que se callara, era una realidad que me miraba, que me atontaba con su luz de razones y me decía "es hora de levantar ya ¿No crees?".
Me he confundido en una cosa, no en mi camino a seguir, el camino estaba bien, el destino planeado también era el correcto.
¿ENTONCES CUAL ES EL PROBLEMA? ¿QUE ME LLEVA A ESTA CAGADA? ¿QUE ME HA HECHO LLORAR?
Fácil y sencillo, la manera de caminar, un plan perfecto mal ejecutado, el ignorar miles de noticias y advertencias. Y olvidarme, que la vida depende de muchísimos factores.
Hoy he llorado, mañana lucharé.
