lunes, 26 de diciembre de 2011

Cuéntame un cuento

Iba a contar un cuento, pero en ocasiones las primeras ideas, que suelen ser las mejores, acaban siendo eliminadas por distintos motivos.
En esta ocasión no ha sido por intentarlo y acabar diciendo "Buah, paso" más bien he pasado antes de empezar... algo que desgraciadamente hago mucho, dejar atrás oportunidades y sueños por falta de ganas o por pensar que no seré capaz e hacerlo bien. El primer paso es reconocerlo, el ultimo superarlo, pero cual es el que me toca a mi, yo que soy un autodidacta de la vida, que aprendo a vivir sin maestro, ando perdido por mi falta de constancia, lo cual me recuerda a una entrada antigua llamada SANGRE DE MI YO, donde decía "La tristeza, va y viene en busca de compañía y la luna me dice que se siente sola, la almohada no me habla, dice que solo le busco cuando a mi me interesa, y mi diario esta confuso, por mi falta de constancia, si no sabe más que lo que le cuento y no le cuento ni la mitad, no me puedo quejar, pues es la falta de comunicación la que causa mis malentendidos." (http://conprisaypausa.blogspot.com/2010/12/sangre-de-mi-yo.html)
Una bonita entrada escrita para mi hermana, la cual siempre me animó a escribir, y en mis peores momentos me recordó que un sueño solo es imposible cuando se abandona.

Al escribir esto, tengo cierto miedo de que parezca que estoy de bajón, para nada, solo hago que dar vueltas a mi vida, como el águila que sobrevuela el campo en busca de alimento. Y yo, al igual que el águila, sobre vuelo mi vida buscando aquellos pequeños detalles en los que fracasé, para aprender la mejor lección de ellos. Aunque hay cosas que nunca aprendo, como dejar de morderme las uñas, ordenar mi cuarto y hacer ejercicio.
Dejando todo esto aparte, escribo esto para hablar quizá para hacerme entender a mi mismo, que necesito cambiar, aunque no se de cuanto valdrá, necesito dejar de EMPEZAR CON MAL PIE, porque si las patas fallan la mesa cae.
Creo que hoy a tocado un pequeño castigo a mi mismo, regañandome por no escribir el cuento que tendría que haber escrito y aunque para compensar mi estupidez, debería de escribir el cuento, creo que mejor lo dejaré, y en lugar de cuento haré otro CON PRISA Y PAUSA, el número 2 de este blog.


Con prisa y pausa II

Dejar de dejar de pensar,
pensar en dejar de dejar pensar.
No pensar y por aburrimiento volver a pensar.
Volver al mar,
navegar y respirar.

Voy en mi barco a la deriva,
mi frágil barco que no flota,
que pesa, que se hunde,
mi pobre barco que se llena
de duras dudas y de penas,
de tontas penas y de dudas,
hasta que el barco se hunde.

Naufrago de mi sonrisa,
paseo y bailo con las olas,
a deriva de lo que queda
del pasado y sus mentiras
pero cierro los ojos y duermo,
dejando mi cuerpo a lo suyo.

Y al final abro los ojos y en mi propia cama despierto.

Aunque todo sea raro, yo no dejo de soñar, yo sigo con mis metáforas, mis amadas y adoradas metaforas que me convierten en este torpe enigmático que soy, El chico de la papelería, que solo hace que escribir, que escribe mucho y publica poco, que piensa más de lo que escribe y habla más de lo que piensa.
El chico del mar de dudas, que solo habla de sus nuevas ideas, de sus nuevos pensares, de sus nuevas reflexiones, el cabezón que siempre busca la explicación a todo, que escucha a los otros y les aconseja, y más tarde no usa sus consejos.
Soy raro, pero soy León, la libreliebre.

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